Etxerat ofrecere datos concretos y denuncia ante la sociedad las consecuencias de la política penitenciaria vigente durante el 2011
Con la llegada de 2012, es el momento de hacer balance. En la jornada de hoy, Etxerat ofrecerá datos concretos y denunciará ante la sociedad las consecuencias de la política penitenciaria vigente. Y la primera consideración que debemos realizar es clara: La política penitenciaria vigente, aplicada de manera excepcional a las y los presos políticos vascos, se sitúa todavía en claves de represión, utilización y venganza.
La dispersión continúa, las y los 665 presos políticos vascos están dispersados en 71 prisiones de 7 Estados diferentes. Entre ellos, únicamente 8 de ellos y ellas se encuentran encarcelados en Euskal Herria. Esta situación genera importantes consecuencias físicas, psicológicas y económicas. Ejemplo de ello son los 13 accidentes que hemos sufrido en 2011 o los 400 siniestros y 16 fallecidos que hemos padecido en los últimos 22 años.
Los gastos ocasionados por los largos viajes a consecuencia de la dispersión también son muy altos. Así, mensualmente cada familia debe de hacer frente a un gasto que oscila entre los 1500 y los 200 euros. Una sangría económica enorme para muchas familias, más aún en estos tiempos de dura crisis económica.
La aplicación de facto de la Cadena Perpetua se produce gracias a la doctrina 197/2006. Alejada de las claves de la justicia e inspirada en terminos de represión, utilización y venganza, 58 presos y presas políticas vascas han sufrido ya su aplicación. 49 de esos 58 presos y presas ya han cumplido la totalidad de su condena. Se trata de un escándalo en el plano jurídico, vulnera de manera flagrante los derechos humanos y choca frontalmente con los deseos de la mayoría de la sociedad vasca.
En total, son más de 70 las y los presos que han tenido que sufrir la aplicación de la doctrina 197/2006. 15 han salido ya de prisión tras haber cumplido también el alargamiento de sus respectivas condenas, pero tal y como hemos señalado antes, otros 58 siguen en prisión. Asimismo, las aplicación de libertad condicional es negada de manera continua. Así, contamos con 175 presos y presas que ya han cumplido los 2/3 o las ¾ de su condena. Presos y presas que deberían estar en la calle.
Las y los presos que padecen enfermedades graves e incurables continúan encarcelados. El caso de Txus Martín representa el clara reflejo de esta dura situación. Con Ibon Iparragirre, hasta que el ondarrutarra no llegó a una situación límite, no le aplicaron el régimen atenuada. Además del mencionado Txus Martín, son 8 las y los presos políticos que padecen enfermedades graves e incurables. Cabe recordar que la prisión es un foco de enfermades y que la asistencia sanitaria que reciben nuestros familiares, amigos y amigas dista mucho de ser la más adecuada.
Las y los presos que padecen enfermedades graves e incurables deberían estar en libertad. Su estado de salud así lo aconseja, ya que tanto en prisión o bajo grandes medidas de control es imposible recibir la asistencia sanitaria que necesitan.
Al igual que ocurre en Guantánamo, Abu Graibh o en las prisiones de Israel, las situaciones de aislamiento o soledad no son ajenas a las y los presos políticos vascos. Se trata de una medida completamente inhumano y creada para la destrucción personal. Actualmente, son 12 los presos políticos vascos que se encuentran completamente solos. Asimismo, el porcentaje de presos y presas políticas vascas que se encuentran en régimen de aislamiento es altísimo comparado con el porcentaje de la población reclusa en general.
Por desgracia, las prisiones siguen llenándose. Lo hemos comproado en las últimas semanas, ya que a pesar de que seis personas han abandonado la cárcel, otras cinco han entrado en ellas. Además, no queremos olvidar que tanto Aurore Martin como Ekaitz Samaniego se encuentran en serio riesgo de ser detenidas y encarceladas.
En Euskal Herria se ha abierto un nuevo tiempo, una etapa para vaciar las cárceles. La sociedad vasca desea dar aliento y empujar a esta nueva fase y es consciente de que para ello es imprescindible que la política penitencia vigente pase a claves de resolución democrática. Es decir, que se aleje de sus ejes actuales y cambie de raíz. Y es que la política penitenciaria vigente alimenta el conflicto, vulnera derechos y desprecia la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca.
La política penitenciaria, además de las y los presos, golpea a todo su entorno social y afectivo. Somos miles las y los ciudadanos vascos que sufrimos las consecuencias de la cruel política penitenciaria. La dispersión supone una enorme y terrible ruleta rusa, en cualquier carretera ponemos nuestras vidas en juego, el desgaste físico y psicológico es notorio, los cacheos, la sangría económica o la infinidad de intentos de humillación...
Es cierto que en las últimas semanas ha habido tímidos cambios en positivo, tanto en la práctica mediante reagrupamientos en los módulos como en plano discursivo. Y es que son cada vez más las voces de partidos, agentes e insituciones que demandan un cambio en la política penitenciaria. Una petición democrática, legal e imprescindible.
Sin embargo, por desgracia, las medidas más crueles de la política penitenciaria continúan vigentes. Es el caso de la aplicación de facto de la Cadena Perpetua, la no liberación de las y los presos que padecen enfermedades graves e incurables, el aislamiento y la soledad o la política de dispersión.
En 2012 exigimos que se produzca un cambio total en la política penitenciaria, una petición en la que contamos con el apoyo mayoritario de la sociedad vasca. Una sociedad a la que debemos de agradecer el enome apoyo que nos ha mostrado en los últimos meses. Los gestos de solidaridad han crecido de manera exponencial y somos conscientes de que la sociedad vasca está con nosotros y nosotras.
La nueva situación nos ha generado esperanza. Un nuevo tiempo que Etxerat ha impulsado con su actividad cotidiana y también mediante a nuestro trabajo en el Acuerdo de Gernika. Debemos de dejar atrás el túnel y abrir de par en par las ventanas a la resolución democrática. Pero, tristemente, las vulneraciones de derechos que padecemos tanto nosotros y nosotras como nuestros familiares, amigos y amigas encarcelados está completamente ligada a tiempos pasados.
Entre todos y todas debemos de construir un escenario de resolución que garantice el respeto de todos los derechos de todas las personas. Para ello, urge un cambio en la política penitenciaria vigente, tal y como demanda la mayoría de la sociedad vasca. Y los Gobiernos de Madrid y París deberán dar una respuesta positiva a esta solicitud mayoritaria. Los cambios son imprescindibles, mantener y enrocarse en la actual situación no tiene ningún sentido, va en contra de la voluntad de la socidad vasca, vulnera derechos y es perjudicial para todos y todas.
Finalmente, queremos recordar que el próximo día 7 tomaremos parte en la Movilización General Popular convocada por Egin Dezagun Bidea en Bilbao. Será una movilización colosal, la mayor de los últimos años y que reflejará a las claras la voluntad de la sociedad vasca.